Quizás en un primer vistazo te haya resultado muy familiar, porque aunque el coche que acaba de presentar Volkswagen con motivo del Salón de Los Ángeles es completamente nuevo, el Concept que anticipó a este Beetle Dune hace casi dos años era prácticamente igual.
La fórmula para darle un aspecto campero a cualquier coche está más que descubierta y Volkswagen simplemente la aplica punto por punto. Así el Beetle Dune luce paragolpes más agresivos con la inclusión de protecciones en plástico de color negro y gris, que se extienden a su vez por taloneras y pasos de rueda.
Para aumentar la sensación de robustez la altura de la carrocería se ha elevado 10 mm y las vías se han ensanchado ligeramente (7 mm delante y 6 mm detrás), acogiendo perfectamente los neumáticos de medidas 235/45 que se montan sobre llantas de 18 pulgadas. Las carcasas de los retrovisores de color gris y el techo, que tanto en la versión cerrada como en el descapotable puede ser de color negro, son otros detalles diferenciadores, igual que el generoso alerón.
Mecánicamente este Beetle no presenta ninguna diferencia con sus hermanos de gama y estará disponible con varios motores diesel TDI y gasolina TSI, que se podrán asociar al cambio automático DSG.
La distinción también llega a su interior con paneles en el color de la carrocería y costuras en contraste. El salpicadero está presidido por una pantalla que opcionalmente puede ser capacitiva y tener un tamaño de 6,3 pulgadas, con sistema MirrorLink compatible con Andriod e iOS.
El Beetle ya destaca bastante entre el resto de compactos y en esta versión Dune lo hace aún más. Sobre todo si se escoge en uno de sus dos colores exclusivos: Sandstorm Yellow Metallic y Dark Bronze Metallic.