El Volvo S60 Polestar es como el propio Chris Harris menciona, un experimento, un coche con el que Volvo va a tantear el mercado para ver si puede volver a comercializar coches de altas prestaciones, lo que siempre favorece la venta del resto. Ante semejante reto y criatura, ¿cómo no probarlo?
Su condición de espécimen único no significa que sea un coche ‘a medias’, y aunque utiliza una simple caja de cambios manual y un motor V6, las sensaciones parecen ser muy buenas. En suspensión por ejemplo no se ha escatimado, y es que las 200.000 libras que costarán las 6 unidades que están planeando fabricar tienen que justificar su valor.
Para saber como de bueno llega a ser el Volvo, Harris se lleva un Mercedes C63 AMG que vale prácticamente una tercera parte. No es una comparación al uso, pero no falta la drag race entre ambos con un interesante resultado.