A Volvo acaba de ocurrírsele una idea que a pesar de lo evidente, parece que nadie había considerado aún. Porque si existen los familiares campestres, con bastante éxito por cierto, los compactos campestres, los urbanos campestres e incluso los monovolumen campestres, ¿por qué no crear una berlina en la misma línea?
Una pregunta sencilla a la que Volvo acaba de dar respuesta con su nuevo S60 Cross Country. Su planteamiento al igual que su nombre, ya nos son conocidos. Porque Volvo ha aplicado sobre este S60 los mismo cambios y retoques que sirvieron hace poco para dar vida al V60 Cross Country a partir del V60.
Tenemos así un S60 con nuevos paragolpes, taloneras y pasos de rueda, sobre los que los plásticos negros y el aluminio ganan terreno para darle esa imagen robusta propia de los todocamino. Llantas de 18 o 19 pulgadas y una altura elevada 65 mm, que le permitirá circular por zonas agrestes, completan la transformación.
Dado su carácter premium, los motores no bajarán de los 190 CV del diesel D4 Drive-E de 4 cilindros, estando por encima el también diesel D4 de 5 cilindros (de potencia sin confirmar) y el gasolina T5 de 250 CV. Los dos más poderosos llevarán el sistema de tracción total del resto de la gama, mientras que el diesel de 190 CV tendrá solo tracción delantera.
De momento no está confirmado que el S60 Cross Country vaya a llegar a España. Dado lo chocante de su aspecto, quizás esperen a ver cuál es su aceptación en otros mercados más consolidados para Volvo, y en función de ella continuar o no con su expansión.
¿Será el primero de muchos o un intento fallido por abrir un nuevo nicho de mercado?