La colaboración entre Volvo y Polestar comenzó en el año 1996 en el ámbito de las carreras, para extenderse posteriormente al de la calle. Una relación que a partir de ahora será mucho más fructífera, ya que la automovilista se ha hecho con el 100% del accionariado del preparador.
De esta forma Volvo ejecuta una maniobra similar a la que hace años hizo Mercedes con AMG, que en principio también era una empresa independiente. Así les será mucho más fácil sacar adelante una completa gama deportiva, que incluirá tanto de modelos de altas prestaciones como kits posventa para optimizar el rendimiento de sus vehículos actuales.
De momento los únicos modelos con versión Polestar son el V60 y el S60, de los que esperan vender unas 750 unidades durante 2015. Ventas que tras el acuerdo, esperan que a medio plazo se incrementen hasta los 1.000 o 1.500 vehículos.
Los detalles económicos no se han revelado, pero los empleados de Polestar Performance tienen su futuro asegurado al pasar a ser empleados de Volvo.
En la compra Volvo se ha hecho con Polestar Performance AB, empresa encargada del desarrollo de material de alto rendimiento como software y piezas, y de Polestar Holding AB, compañía propietaria de las marcas comerciales Polestar. En cambio la división de carreras de Polestar ha quedado al margen.
Christian Dahl, propietario del equipo de carreras Polestar, seguirá al mando aunque le cambiará el nombre. Si bien la colaboración entre ellos y Volvo a través de Polestar seguirá existiendo, pues tal y como ha declarado Dahl: “Estamos enormemente satisfechos de la colaboración con Volvo en el campo del alto rendimiento. Pero, por encima de todo, somos un equipo de carreras. Ahora tenemos la oportunidad de volver a concentrarnos en nuestra actividad principal: desarrollar vehículos Volvo y poder competir con ellos”.