Volvo XC90

Cuando hace 4 años el consorcio chino Geely se hizo con Volvo, había dudas sobre el futuro que le esperaba a la marca sueca. Dudas que hoy se ven completamente despejadas a la vista del primer producto desarrollado íntegramente bajo su tutela, el nuevo XC90.

Este gran todoterreno de lujo, además de venir con todo lo que le corresponde, como nuevos motores y tecnologías de seguridad e infotainment, estrena dos importantes novedades para la marca: nuevo lenguaje de diseño y plataforma modular.

Su aspecto nos lo habían venido anticipando desde hacía meses los Concept Coupé, XC Coupé y Estate. Coches de formas limpias y a su vez robustas, que encuentran su reflejo en este nuevo e imponente XC90. Su cuerpo es una evolución respecto al del anterior pero a mayor escala (ahora mide 4,95 m de largo y 2,01 m de alto), sobre el que se han introducido las nuevas señas de la marca.



El gran SUV estrena los faros alargados con la tira LED en forma de T invertida (a la que Volvo ha llamado martillo de Thor) y la parrilla rectangular de gran tamaño con barras dobles, que de aquí en adelante formará parte del ADN de los nuevos Volvo.

Estructuralmente también estarán relacionados, gracias a la nueva plataforma modular SPA (Scalable Product Architecture) que estrena este XC90. Empleando mucho más de acero de alta resistencia conformado en caliente, consigue ser más resitente y ligero, pudiendo anunciar un peso justo por debajo de las 2 toneladas.



Para el esquema de suspensiones se ha confiado en un esquema de doble triángulo superpuesto para el eje delantero y un multibrazo que emplea una ballesta transversal de material compuesto como elemento elástico para el eje trasero. En opción se podrá montar una suspensión neumática. Mientras que las llantas llegarán hasta las 22 pulgadas de diámetro.

En la nueva gama de motores hay un dato curioso, todos están sobrealimentados y comparten la cilindrada de 2.000 cc sobre bloques de 4 cilindros. Los diesel D4 de 190 CV y D5 (biturbo) de 225 CV, serán los elegidos por sus consumos inferiores a 6 l/100 km, mientras que los gasolina T5 de 254 CV y T6 (con turbo y compresor) de 320 CV, lo serán por sus prestaciones.



En un plano superior en todos los sentidos se colocará el T8, que al motor del T6 para el eje delantero suma otro eléctrico de 80 CV para el trasero. En total 400 CV que se reparten a las 4 ruedas de forma inteligente, que se pueden surtir de energía conectándolos a la red (al menos los del motor eléctrico) y que pueden circular hasta 40 km en modo eléctrico con un consumo medio homologado de 2,6 l/100 km.

Excepto el diesel menos potente, todos tendrán tracción a las 4 ruedas y por lo que sabemos, los T6 y D5 estarán ligados a un cambio automático de convertidor de par de 8 relaciones.

Llega el momento de saltar al interior, un lugar en el que Volvo ha aplicado eso de “menos es mas”, eliminando del salpicadero todos los mandos que ha sido posible, para concentrar el manejo de la mayoría de los sistemas en una gran pantalla táctil compatible con los sistemas Car Play de Apple y Android Auto de Google. Por su parte el cuadro, es completamente digital.



Distribuidos en 7 plazas individuales, sus ocupantes podrán gozar de un habitáculo en el que Volvo ha cuidado al máximo los acabados, con materiales de primera calidad y una terminación exquisita. Un ejemplo del mimo con el que lo han creado está en su palanca de cambios, realizada en cristal.

Y por fin llegamos al que quizá sea el apartado más destacado del coche y en el que Volvo hará más hincapié para destacarlo frente a sus rivales: el de la seguridad. Además de sistemas habituales como el avisador de objetos en el ángulo muerto, el detector de pérdida de carril capaz de corregir la trayectoria, la frenada automática de emergencia y el control de crucero adaptativo con conducción autónoma en atascos, incorpora un par de novedades mundiales.



Una de ellas es el Safe Positioning, que ante una salida de vía con una pérdida brusca de altura, mitiga las posibles lesiones en la espalda gracias al tensado de los cinturones y el sistema de absorción de impactos que incorporan las banquetas de los asientos. La otra es la frenada automática en intersecciones, que puede frenar el coche si cuando nos encontramos girando en un cruce detecta una posible colisión con otro vehículo.

En el nicho de los SUV de lujo, lucir un emblema como Porsche, Range Rover o BMW sobre el capó, ayuda. A ojos del gran público quizás el de Volvo no sea tan vistoso, pero desde luego quien busque un buen SUV, no debería pasar por alto de ninguna manera a este XC90.