Después de dos temporadas alejado de la Fórmula 1, Fernando Alonso ha regresado con energías renovadas y demostrando que su calidad sigue intacta al volante de un monoplaza de F1. La mejor prueba de ello había sido la carrera de Hungría donde había sido capaz de mantener detrás al Mercedes de Lewis Hamilton durante 10 largas vueltas teniendo en cuenta la clara diferencia de velocidad entre ambos. A día de hoy, Alpine no está en una posición para luchar por las posiciones de cabeza, pero 2022 es un año decisivo para dar un paso adelante y escalar dentro de la parrilla.
La quinta posición en el Campeonato de Constructores es lo máximo que se puede conseguir este año, aunque la ambición es palpable y el objetivo es acercarse a los cuatro equipos de delante: Mercedes, Red Bull, McLaren y Ferrari. El piloto español es consciente de la importancia de llegar bien preparado a esta nueva era y al mismo tiempo está emocionado, ya que será posible rodar más cerca del rival de delante y tener batallas más intensas.
En palabras a Sky Italia, el bicampeón no cree que los pilotos veteranos logren adaptarse más rápido a los monoplazas de 2022 por el simple hecho de tener más experiencia en la categoría. Lo que tiene más importancia para él es que las manos pueden tener un fuerte impacto a partir de ahora y confía en que las diferencias se reduzcan para que haya más espectáculo. "Sinceramente, no me asusta. Mirando de cara al próximo año, el rendimiento de los coches se acercará, las carreras serán más intensas, así que la destreza al volante puede tener más peso. Por eso quiero seguir en Fórmula 1 porque será una oportunidad para enseñar mi habilidad. En nuestro deporte no es sencillo, a veces hay oportunidades de adelantar, pero no hay muchas. Confío en que mi espíritu pueda ayudar al equipo a progresar ya que sé lo que necesito del coche", ha concluido el piloto de Alpine.