Fernando Alonso ha finalizado este miércoles su segunda y última jornada de test en el Circuito Internacional de Baréin, Sakhir. Al igual que en el día anterior, el piloto asturiano ha completado otras 93 vueltas -unos 500 km- al trazado oriental a lomos del Renault RS18. Dicho monoplaza corresponde al Campeonato de 2018, puesto que la normativa FIA prohíbe la realización de este tipo de ensayos con bólidos cuya antigüedad resulte inferior a los dos años.
Sea como fuere, el ovetense continúa con su proceso de readaptación a la Fórmula 1 y a la estructura francesa con la que regresará a la especialidad en 2021. Tras dos años de ausencia, reemplazará al australiano Daniel Ricciardo, para formar pareja con el joven galo Esteban Ocon.
Posiblemente, esta haya sido la última toma de contacto con un coche de la Categoría Reina hasta los test invernales de pretemporada 2021 en el Circuito de Barcelona. En principio, la formación del rombo tenía previsto inscribirle en los test de jóvenes pilotos previstos en Abu Dabi tras la finalización del presente Mundial.
Sin embargo, algunas escuderías como la propia McLaren, su antiguo equipo, o Racing Point, se han opuesto a su presencia en dichos entrenamientos. Por tanto, puede que su vuelta a la competición sea un poco más complicada de lo esperado, algo que ya tiene previsto el español:
"Sé al tipo de reto al que quizás me enfrente en mi regreso en las primeras dos carreras. No solo se trata de velocidad pura, sino también de la ejecución de los procedimientos, los comandos del volante, que son cuestiones nuevas para mí y que podrían requerirme cierto tiempo de aclimatación. Soy consciente de que sufriré un poco”, ha manifestado el bicampeón del mundo de la especialidad.