El talento del neerlandés ha sido enorme desde su llegada a la Fórmula 1 y su velocidad no tardó en verse en Toro Rosso. Sin embargo, su impulsividad provocó que dañara el coche o se viera obligado a abandonar en numerosas ocasiones. Después de los toques de atención por parte de los directivos de Red Bull, Max empezó a dominar ese carácter descontrolado con el paso de las temporadas hasta llegar a 2021.
Helmut Marko reconoce que Verstappen quería ser el más rápido sin importar si era un momento clave o no, pero fue madurando como piloto y persona hasta el punto de saber cuándo dar el máximo y, además, ahora no es tan temperamental como años atrás.
"En los primeros años, Max quería ser el más rápido todo el tiempo y bajo todas las circunstancias, ahora ha aprendido a hacerlo si es realmente necesario. Otra diferencia importante es que si tenía un problema durante las prácticas, Max hubiera explotado y gritado. A veces, esa impaciencia era en pista, por ejemplo, si un doblado no se movía lo suficientemente rápido. Ahora, Max es más tranquilo y la frialdad con la que afrontó este año fue impresionante, es un piloto extraordinario", ha finalizado el asesor de Red Bull en declaraciones para Motorsport.