El pasado domingo se pudo ver uno de los grandes premios más polémicos de los últimos años y eso que la carrera ni se disputó. La razón fue la eterna espera en el arranque de la carrera a causa del gran diluvio que había sobre Spa-Francorchamps que hacían imposible poder competir. Durante más de 3 horas Dirección de Carrera de la Formula 1 estuvo retrasando el inicio del Gran Premio para que después salieran a dar las vueltas mínimas para poder repartirse la mitad de los puntos del Gran Premio de Bélgica, algo que molestó a aficionados, pilotos y equipos.
Jean Todt, Presidente de la FIA, ha revelado que tanto la FIA como la Formula 1 estudiarán lo ocurrido para que no vuelvan a suceder en próximas situaciones similares. "La FIA junto a la F1 y los equipos revisarán con detenimiento las regulaciones para ver qué hemos aprendido y que podemos mejorar en el futuro. Las conclusiones, incluido el asunto del reparto de puntos, serán añadidas a la agenda de la próxima Comisión de la F1 el 5 de octubre", ha expresado Todt a través de un comunicado en sus redes sociales.
El mandatario francés ha hablado sobre cuál era la peligrosidad de poner a rodar a los monoplazas bajo el clima extremo que se vivió en Spa-Francorchamps el pasado domingo. "El peligro venía por la cortina de agua que levantaban tras ellos los monoplazas lo que no podía asegurar correr en condiciones de seguridad para pilotos, comisarios y los espectadores que aguantaron durante horas bajo la lluvia". Por último, Todt aclaró que todas las decisiones tomadas durante el domingo en Spa estaban tomadas bajo el amparo de las disposiciones del Código Deportivo Internacional para intentar garantizar la disputa de una carrera bajo todas las garantías y medidas de seguridad para que no hubiera ninguna desgracia.