Twitter (@TheDDuran)
Instagram (@dduranissimo)
La Fórmula 1 continuará visitando España y el Circuit de Catalunya un año más, después de varios meses de rumores que situaban la prueba fuera del calendario 2020 de la categoría reina. La Generalitat de Catalunya ha conseguido una prórroga del contrato que terminaba este año con Liberty Media, avalando una cantidad de 21 millones de euros según ha publicado el medio catalán ARA.
El trazado de Montmeló, a unos kilómetros de Granollers, ha sido la sede del Gran Premio de España desde 1991 de manera ininterrumpida, recogiendo el testigo de trazados de gran peso en nuestra historia como el Jarama, Montjuic o Jerez. Algunas de las carreras más recordadas fueron la primera con el gran duelo entre Ayrton Senna y Nigel Mansell, en 1996 con la primera victoria de Michael Schumacher en Ferrari, en 2001 con el abandono sorpresa de Mika Häkkinen en la última vuelta cuando era líder y entre 2005 y 2008, con la Alonsomanía en su máximo apogeo.
No obstante, en fechas del Gran Premio de este año se rumoreaba que sería el final a favor de otros países, como la vuelta de la Fórmula 1 a Holanda aprovechando el efecto que está teniendo Max Verstappen en las masas. La confirmación de Zandvoort para 2020 hacía saltar (aún más) las alarmas para la prueba organizada por el RACC.
De hecho, según ha podido averiguar Revista Scratch, hasta hace unos días se esperaba que la Fórmula 1 dejara protagonismo a otros campeonatos como la European Le Mans Series (que acaba de celebrar su cita los pasados días 19 y 20 de julio) o el Campeonato Mundial de Resistencia, que ya hizo su test de pretemporada en el Circuit. También se rumoreaba la llegada del WTCR (que también ha celebrado la pretemporada en estos dos últimos años en el trazado español), si bien ya se confirmó meses atrás que España acogerá el campeonato en Motorland.
Gracias al aval de la Generalitat, los fans españoles seguirán disfrutando de la carrera de casa por tres décadas, continuando un gran legado del automovilismo en nuestro país. A nivel económico supone un gran esfuerzo teniendo en cuenta el déficit de 50 millones de euros producido en los últimos 10 años, de los cuales 15 millones han sido entre 2015 y 2018. Esta situación se ve agravada tanto por la situación financiera de la propia Generalitat como el panorama político español.