A poco más de una semana para el inicio del Campeonato del Mundo de Fórmula 1 de 2020, el piloto holandés de la escudería Red Bull, Max Verstappen, ha rodado por primera vez en el circuito de su país.
Así, el neerlandés se ha puesto este miércoles al volante de un monoplaza RB8 de la temporada 2012 para completar unos primeros giros al recién remodelado autódromo en los Países Bajos.
Tras un banderazo inicial con los colores de la enseña nacional, el ‘tulipán negro’ ha saltado a la pista con muchas ganas de conocer cuál ha sido el resultado de la remodelación que se ha acometido en la configuración de la pista. Por cierto, en el nuevo diseño del trazado destacan sendas curvas peraltadas, una con 19 grados de inclinación, que han hecho las delicias del héroe local.
Como no podía ser de otro modo, el 33 ha obsequiado con una serie de ‘donuts’ (trompos) al público que se encontraba en las gradas para demostrar su felicidad por subirse a un bólido ante sus paisanos.
Después de esta 'inspección' de Verstappen todo parece indicar que todo está listo en su nación para acoger una prueba de la Categoría Reina tras una ausencia de 35 años, tras la última carrera de la especialidad que se celebró allí en 1985. Precisamente, la cita holandesa junto a Vietnam serán las dos nuevas sedes del curso, el cual está seriamente amenazado por el avance de la epidemia de coronavirus.
Al margen de estas cuestiones, resulta evidente que ‘Mad Max’ tiene la fecha del 3 de mayo marcada en el calendario. El corredor nacido en Hesselt (Bélgica) quiere luchar por su primer título en la especialidad, para lo cual espera sumar un buen puñado de puntos, precisamente ante sus compatriotas, que abarrotarán las tribunas del circuito.
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— Max Verstappen (@Max33Verstappen) March 4, 2020