El vigente campeón del mundo ha estado intratable en las sesiones importantes en el circuito Gilles Villeneuve. Se dejó la piel para asegurarse la pole, la segunda de la temporada, y el que se quedó más "cerca" fue Fernando Alonso, que terminó segundo, pero a seis décimas y media. Aunque el español tuviera la intención de quitarle la primera posición cuando se apagaran los semáforos, el neerlandés salió mejor y, desde entonces, fue inalcanzable.
Toda la ventaja que tenía desapareció una vez el coche de seguridad saltó a la pista. En el momento en el que se reanudó la sesión, Carlos Sainz fue la prolongación constante de Verstappen hasta el último suspiro, siempre estuvo a distancia de DRS y hubo veces que estuvo muy cerca. Sin embargo, la protección fue extraordinaria y nunca hubo la posibilidad de que la victoria se le escapara.
"El fin de semana fue perfectamente para mí y podemos estar contentos por ello. En general, los Ferrari fueron muy rápidos y fuertes en la carrera. Fue realmente emocionante el final, las dos últimas vueltas fueron muy divertidas, estuve rodando a tope y di todo lo que tenía. Hacia el final de la carrera, el coche de seguridad claramente no ayudó, Carlos tenía neumáticos más frescos, lo que hizo que fuera difícil. Hubiera preferido atacar en vez de defenderme, pero afortunadamente funcionó. Este año parecemos rápidos en las rectas y eso ayuda mucho".
"Tenemos que seguir concentrados como equipo y encontrar mejoras de donde podamos. La próxima carrera es Silverstone, tengo ganas de volver a pistas más tradicionales", concluye el ganador de la carrera en la nota de prensa publicada en la página oficial de Red Bull Racing.