Este no viene siendo precisamente un buen año para Daniel Ricciardo, su despedida en Red Bull es cada vez más amarga y no la pasa bien con los constantes abandonos y problemas de fiabilidad. Sin embargo, el carismático piloto espera que Singapur sea un escenario a su favor y que finalmente pueda concretar la victoria que le ha sido esquiva durante los últimos 3 años en los que se ha subido al segundo escalón del podio.
La primera vez de Ricciardo en la carrera que se corre de noche fue "una de las peores" en las que participó por haber subestimado el calor y la humedad del trazado. Desde ahí se propuso estar mejor preparado y la mejoría ha sido evidente con los resultados en las altísimas temperaturas: “Físicamente fue tan intenso, solo subestimé lo difícil que sería. No estaba en un lugar feliz después de esa carrera, me dio la sensación de que nunca más volvería a querer experimentar la sensación de un coche de carreras, así que me hice una promesa de que siempre iría a Singapur preparado en exceso. En cierto modo, esto es algo de lo que me enorgullezco; siempre llego sintiéndome realmente fuerte y bien preparado. Ahora realmente me gusta ese desafío y también me adapto al calor. De una manera extraña, el dolor se ha convertido en placer en los últimos años”.
Las pistas urbanas se le dan bien al australiano y en la cita de este fin de semana la potencia del motor no es tan relevante como lo es el chasis y la preparación aerodinámica, por eso espera con emoción la llegada del domingo: “Como todos saben, me encantan los circuitos urbanos. La sensación de conducir al límite, tan cerca de los muros, es algo de lo que no te cansas. Es la carrera nocturna original y el calendario siempre es bastante agitado, pero hay algo romántico en ir a la pista por la noche y luego a la cama a las cuatro o cinco de la mañana. Es un lugar donde también he tenido buenas carreras y he terminado bastante bien. He tenido cuatro podios y tres segundos lugares consecutivos allí, así que ya es hora de que gane la maldita carrera”