La pole position de George Russell en Hungría había sido una inyección de moral para Mercedes, pero la historia cambió de manera radical en el siguiente Gran Premio. Lewis Hamilton, el piloto más rápido de la escudería de Brackley en Bélgica, se había quedado 1,8 segundos de la pole de Max Verstappen, algo que impactó a todo el equipo alemán.
Ante la superioridad del neerlandés en la clasificación, el resto de rivales se quedaron sin palabras, pero fue incluso peor en la carrera. Dio igual que comenzara desde la decimocuarta posición en la parrilla, remontó, en la vuelta 18 se había convertido en el nuevo líder y finalizó con un margen de 18 segundos sobre su compañero de equipo, que partía segundo.
"No creo que podamos estar satisfechos. Si miras a Verstappen, nos ha saltado a todos. Necesitamos averiguar cómo podemos mejorar nuestro coche porque la diferencia es demasiado grande. Estamos dando a los pilotos un coche difícil de conducir y que no tiene el ritmo a una vuelta, necesitamos trabajar para resolver esta situación. Pondremos la mirada en la siguiente carrera y en la próxima temporada", concluye el directivo del equipo en la página oficial de Mercedes AMG F1.