Todo estaba listo en Le Mans para disputar el Gran Premio de Francia, calor, cielo despejado y buen tiempo para disfrutar del motociclismo. Los pilotos se disponían en sus posiciones en la parrilla de salida y se observaban las gradas abarrotadas para animar a su ídolo local, pues nunca un galo a escuchado el himno de honor en casa y el fervor era claro para arropar al vigente campeón del mundo.
El semáforo marcaba la salida, Las Ducati dejaban al grupo atrás rápidamente, Rins lo hacía impecable con la Suzuki. Pero poco después se iba muy largo y al volver a pista se iba al suelo. Miller quedaba en manos de Enea Bastianini, la Bestia de Gresini no lo pensaba mucho y superaba al de Ducati. Enea ponía en su punto de mira a Pecco.
A 7 giros del final llegaba el 23 y para pelear, le superaba y se la devolvía, pero Peco se fue largo y el 23 lo aprovechó. No le bastó con ponerse primero, quiso mostrar su soltura para abrir hueco. Así cruzó la línea de meta para llevarse la victoria en Francia Enea Bastianini. Segundo acabó Miller y tercero Aleix Espargaró. El líder del campeonato solo pudo ser cuarto con la Yamaha.