Después de que Alex Rins asegurase este fin de semana en Argentina que una vez terminase la carrera comenzaría a hablar con el equipo la idea de prolongar el contrato que por ahora les vincula hasta el próximo 31 de diciembre. La incertidumbre no duraría mucho ya que ambas partes habían decidido hace ya días que seguirían de la mano al menos dos temporadas más.
El otro piloto, Andrea Iannone, ha terminado con la paciencia de los ejecutivos del constructor japonés ya que después de su primer año, no consiguió ni un solo podio y terminó el 13º en la tabla de puntos, a 228 del campeón. Suzuki está más que dispuesta a abrirle la puerta de salida a Iannone y a esperar a que Lorenzo se decida a abandonar Ducati a final de año.
Para que las piezas encajen y el tricampeón se suba a la Suzuki deben pasar dos cosas: que Lorenzo no logre llegar al nivel que se le supone a un piloto de su talla en las próximas carreras, y que acceda a rebajarse el sueldo considerablemente que de todas formas podría complementar con variables en función de los resultados.