Adrian Newey, en su nueva autobiografía “Cómo construir un coche” (“How to build a car”), ha dedicado unas palabras al accidente que se llevó la vida del tres veces campeón mundial Ayrton Senna. El ídolo brasileño falleció en el Williams FW16 que él, entre otras personas, había concebido para la temporada 1994 de Fórmula 1 durante el fatídico Gran Premio de San Marino.
Durante estos últimos 23 años se han levantado todo tipo de sospechas sobre las causas del accidente, aunque la más extendida es un fallo de la dirección – el coche tenía una mezcla de subviraje y sobreviraje durante ese fin de semana que nunca se supo corregir de manera correcta. Senna chocó de manera mortal al comienzo de la octava vuelta en el exterior de la curva de Tamburello, cuando aún era una curva de izquierdas que se tomaba a fondo (después pasó a ser una chicane).
“El vídeo muestra que el monoplaza por primera vez está desequilibrado, fui uno de los autores del coche que mató a un gran hombre. Soy el que menos orgulloso está, perdimos la aerodinámica del monoplaza; pasamos de suspensiones pasivas por suspensiones activas, hicimos el coche demasiado inestable. Sin sentirme culpable, siempre admití una cierta responsabilidad en la muerte de Ayrton”, son las palabras de Newey en la autobiografía según recoge el medio The Best F1.
La corte de la justicia italiana, después de muchos años de investigación, ha absuelto tanto a Newey como al entonces director técnico del equipo Patrick Head, aunque sí determinó que fueron culpables en buena parte al hacer esas modificaciones. Más tarde en la temporada apareció una versión FW16B que corrigió algunos defectos, con el cual Damon Hill peleó hasta el final de la temporada en Adelaida contra Michael Schumacher y el equipo Benetton.