Toro Rosso vuelve a mostrar dos facetas, la cara con la llegada de Sainz después de superar las dos eliminatorias y la cruz con el fallo eléctrico de Daniil Kvyat en la Q1 que le privó mejorar su tiempo.
Sin embargo, Sainz consiguió llevar a su monoplaza a posiciones que no le pertenecerían ya que su coche apenas presentó evoluciones durante la temporada. El joven piloto volvió a puntuar en Austin después de seis carreras, la penúltima vez en el circuito de Hungaroring.
El madrileño se mostró feliz con su actuación hoy y más por volver a estar en Q3 de forma consecutiva en dos Grandes Premios, cuando ya tenían asumido desde el equipo que no regresarían.
"Estoy muy contento porque para nosotros entrar en Q3 en esta pista no es que nos vaya del todo bien. Lo estamos haciendo muy bien. En estas dos últimas carreras no pensábamos que no volveríamos. Llevamos exactamente el mismo coche desde Hockenheim. Quizás sea la confianza y la motivación en el equipo que tenemos que llegar a final de temporada y hacer todo lo posible y lo estamos logrando con buenas clasificaciones", aseguró satisfecho el español.
Respecto a la carrera, Sainz valora que será complicada por el comportamiento de los superblandos además del alto ritmo de sus perseguidores, Mclaren con la undécima plaza de Alonso y el Force India con la duodécima de Sergio Pérez.
"Para todos los superblandos fueron una goma muy impredecible incluso en clasificación ya que no funcionaba como esperábamos y no sabíamos cómo actuaría. Para la carrera, en teoría, Mclaren tiene 10km/h más que nosotros y el Force India 15, tienen todo para ganarnos mañana", sentenció Carlos Sainz contrariado por el rendimiento de los equipos que vendrán por detrás.