Noche ajetreada para Carlos Ghosn. El CEO de Renault ha estado solicitado por infinidad de medios de comunicación deseosos de saber más sobre el acuerdo de adquisición de Lotus F1 y el regreso del fabricante francés a la Formula 1 como equipo.
Uno de los principales problemas (o no) de adquirir un equipo, es que además de adquirir una plaza en la Formula, así como el necesario material, también se adquirieren una serie de obligaciones. Algunas se adquieren de buen gusto, como la mayoría de recursos humanos con experiencia. Otras no tanto, como el hecho de tener unos pilotos firmados para la temporada 2016.
Fue una de las preguntas a la que más se tuvo que enfrentar Ghos. Sin embargo, el director ejecutivo se negó a confirmar que los pilotos firmados por Lotus F1 fuesen a ser sus pilotos titulares de cara a la próxima temporada, eludiendo la pregunta.
¿Por qué un equipo, que en “petit comité” afirmaba que si no se vendía a Renautl, era el fin, firmó pilotos para 2016? Dinero. Primero fue Pastor Maldonado. El venezolano, de buena fe, adelantó cuotas correspondientes a los contratos con sus patrocinadores que no debían ser desembolsadas hasta 2016, intentado ayudar a solventar los problemas económicos del equipo. Maldonado fue confirmado, no así Grosjean, que salió huyendo hacia el nuevo proyecto de Haas.
¿Cuándo y por qué se firma a Palmer? Aunque en comunicados de prensa y declaraciones de las cabezas visibles de los equipos siempre se tienda a alabar el talento y la proyección del piloto, fue precisamente el padre de la criatura, Jonathan Palmer, quién lo explicó de forma abierta, como así recogió recientemente Sport Auto. Presionados por el vencimiento de una deuda, Lotus se apresuró a subastar el asiento de piloto 2016 en pleno Paddock. Palmer fue el primero que accedió a hacer el pago necesario, ganando dicha plaza. El tiempo se encargará de decir si los mandatarios de Lotus actuaron de mala fe en este acuerdo, a sabiendas de que el equipo cambiaría de manos, o si Palmer, curtido en mil batallas, preparó una jugosa indemnización contractual que bien merecía correr el riesgo.