La 'recta' de las calamidades

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Los cuatro primeros pilotos que han abandonado en el Gran Premio de Brasil se han estrellado entre la última y la primera curva del circuito de Interlagos. Romain Grosjean, Marcus Ericsson, Kimi Räikkönen y Jolyon Palmer han tenido que abandonar tras encuentros inesperados con los muros de uno de los circuitos más antiguos del calendario actual de la Fórmula 1.
 

El primer abandono, el de Grosjean, ha tenido lugar en la vuelta de formación antes siquiera de que empezara la carrera: el piloto de Haas pisó un charco mientras aceleraba en la subida tras Junçao y perdió el control de su coche, chocando de espaldas contra el muro exterior. Después de haber calificado séptimo sobre seco, las esperanzas del equipo norteamericano de lograr un gran resultado se fueron al traste antes de que se apagaran las luces rojas.
 

Cinco vueltas después de que se fuera el Safety Car con el que se inició la carrera, Ericsson tuvo un error similar, mandando su Sauber contra la barrera de tal forma que se detuvo en la misma entrada al pit lane. La situación del coche, así como los restos que había dejado desperdigados por la pista, hicieron que volviera el coche de seguridad durante otras cinco vueltas.
 

Nada más relanzarse la carrera al final de la vuelta diecinueve, los coches aceleraron hacia el frente salvo Räikkönen, que pisó otro charco y, pese a los contravolantes que hizo, acabó chocando su Ferrari primero contra el muro de la derecha y después contra el de la izquierda, con la suerte de que ningún coche le golpeó aún con los espráis de agua regando la visión de los pilotos. Nico Hülkenberg se llevó por delante parte del alerón mientras que Esteban Ocon – colocado noveno con el Manor – pasó a apenas unos metros del Ferrari del finés.
 

El accidente de Räikkönen provocó varios minutos de bandera roja, seguido media hora después de un periodo de Safety Car. A las tres vueltas, Palmer (quien apenas unos días antes fue renovado por Renault) se empotró contra la parte trasera del Toro Rosso de Daniil Kvyat, rompiendo su suspensión delantera derecha mientras que el ruso pudo seguir en carrera. Este accidente llevó a que los comisarios sacaran la segunda bandera roja de la carrera.