La Fórmula 1 llega a ese punto en el que es normal ver a varios pilotos cumpliendo sanciones al realizar cambios en las piezas de los motores y para los equipos con propulsores menos potentes y que, por tanto, entregan menos velocidad. Monza es el lugar idóneo para subsanar esos problemas, cubriéndose las espaldas en un circuito que a priori nos e adapta a dichos equipos.
Es el caso de Red Bull en el que en ambos casos sus pilotos van a ser sancionados, sacrificando sus posiciones en parrilla. Max Verstappen estaba obligado a cumplir la sanción tras los problemas en Spa. El niño maravilla holandés ha tenido que cambiar su motor de combustión y su MGU-H por lo que sumará 15 posiciones al resultado de la clasificación. Ricciardo deberá añadir 20 posiciones al cambiar el motor de combustión, el MGU-H y el turbo.
La escudería pequeña de la bebida energética tampoco se ha librado de las sanciones. Se trata de Carlos Sainz que ha tenido que sustituir el MGU-H de su unidad de potencia de Renault, por lo que sumará 10 posiciones, aunque los problemas sufridos en la segunda sesión de entrenamientos libres podría añadir alguna posición más si alguna de las demás partes ha resultada tan dañada que debe tener que cambiarse.
McLaren-Honda debía estar en esa lista. Es el motor menos potente y se antoja el circuito ideal para lidiar con esas sanciones. Sin embargo, la sanción va a recaer en el coche de Alonso, ya que Vandoorne hizo los cambios en el pasado GP de Bélgica. El asturiano sumará 35 posiciones a su resultado y por tanto saldrá último en la carrera del domingo al cambiar las seis piezas por las que está constituida una unidad de potencia en la F1.