Por fin se acabó el circo. Tras varias semanas de incenrtidumbre que han llevado a una bochornosa racha de vistas judiciales, cruces de acusaciones y amenazas de detenciones y embargos, Sauber y Giedo van der Garde han conseguido unir posturas para dar por terminado este proceso. Durante la vista judicial prevista para hoy, el abogado de Van der Garde comunicó a los jueces encargados del caso que ambas partes habían llegado a un acuerdo. Con el proceso judicial concluído, por tanto, Sauber no tiene ningún impedimento para competir este fin de semana como inicialmente estaba previsto, con Felipe Nasr y Marcus Ericsson al volante del C34.
Poco después, el piloto holandés, a través de su perfil de Facebook, ha comunicado que ha renunciado a sus "derechos legales" para correr el Gran Premio de Australia. "Quiero respetar los intereses de FIA y Sauber, así como los de Nasr y Ericsson". Van der Garde concluye asegurando que su management "continuará las conversaciones con Sauber a principios de la próxima semana para encontrar mutuamente una solución aceptable para ésta situación". Posteriormente, en un comunicado oficial, el equipo Sauber hizo suyas las palabras de Van der Garde, confirmando la conclusión del caso en aras de unas "conversaciones constructivas" para solventar el que aún es un asunto complicado a nivel contractual, con 3 pilotos con contrato para 2 asientos.
Una situación que nunca debió producirse, que ha dañado sobremanera la imagen de la Fórmula 1 y que pone seriamente en entredicho a ciertos organismos de la FIA (como el Contracts Recognition Board, que es el encargado de supervisar las cuitas contractuales de la F1), así como a Monisha Kalterborn y al propio equipo Sauber, cuya integridad ha estado pendiente de un hilo. Van der Garde, ejerciendo su derecho a reclamar el cumplimiento de su contrato, ha puesto en evidencia y contra las cuerdas al equipo Sauber, que inicialmente se negó a negociar, y que finalmente se ha visto obligado a ello para evitar males mayores.