El óvalo de Texas se somete a un profundo lavado de cara

Desde su construcción en 1996, el Texas Motor Speedway se ha convertido en uno de los óvalos más emblemáticos de Estados Unidos, tanto en la NASCAR como en la IndyCar, categorías que han corrido con gran éxito en sus peraltes de 24 grados. Este pasado 2016, sin embargo, el líquido elemento supuso un importante problema para un circuito que nunca había sido reasfaltado. Para solucionarlo, el óvalo tejano acometerá un profundo trabajo de reasfaltado y remodelación.

El 11 de julio, la lluvia obligó a aplazar la Texas 600, la carrera de IndyCar, y el día siguiente fue detenida por el mismo motivo cuando apenas se había completado un cuarto de la misma, forzando que, por conflicto de calendarios, la prueba no pudiese reanudarse hasta el 27 de agosto. Asimismo, la NASCAR también experimentó un considerable retraso de hasta seis horas en su prueba otoñal el pasado 6 de noviembre por el agua. En ambos casos, el problema fue que el asfalto seguía rezumando agua incluso horas después de haber dejado de llover, por culpa de una superficie que se había vuelto porosa.

Además del reasfaltado, se instalará bajo la superficie un moderno sistema de drenaje por red para evitar la expulsión de agua. Asimismo, las curvas 1 y 2 del circuito (la primera de las dos curvas peraltadas) verán reducido su peralte a 20 grados y serán ensanchadas hasta alcanzar los 24 metros de ancho, siendo así asimétricas respecto a los giros 3 y 4, que conservarán 24 grados de peralte y 18 metros de ancho. Las obras comenzarán la próxima semana y terminarán en marzo, antes de que la NASCAR (9 de abril) y la IndyCar (10 de junio) compitan en el circuito.



El reasfaltado es una medida que muchos óvalos evitan tomar o retrasan lo máximo posible, debido a que los pilotos y los aficionados prefieren las superficies antiguas y bacheadas por favorecer las carreras apretadas al ofrecer menos agarre, en especial en NASCAR. El presidente del circuito, Eddie Gossage, ha aclarado que se ha tomado la decisión "por los fans". "El viejo pavimento ya no seca tan rápido porque, tras años de uso y condiciones del tiempo, el asfalto se ha vuelto poroso, como una esponja. Incluso con una ligera lluvia, se necesita demasiado tiempo para secar la pista y poder competir. Debemos a los fans el mejor circuito posible, para asegurarles que podrán ver carreras de NASCAR e IndyCar, incluso con un pequeña inclemencia del tiempo. Esto ayudará a cumplir ese objetivo".

También ha laudado el cambio de configuración de las dos primeras curvas como una forma de distanciarse de los muchos óvalos 'milla y media' que pueblan el calendario de la NASCAR, y que han recibido el apodo despectivo de 'cookie-cutters' (circuitos 'de molde', por su parecido: 2.4 kilómetros, peralte elevado y forma similar): "Durante años, he oído los absurdos comentarios de los milla y media siendo calificados de 'cookie-cutter'. Aunque eso no podría estar nada más lejos de la verdad (todos son diferentes), esto asegura que, de una vez por todas, Texas es único y diferente a cualquier otro circuito. Así es como nos gusta en la 'Texas sin límites'"