Los híbridos Toyota #8 y #7 dominaron la carrera de principio a fin, terminando con cuatro vueltas de ventaja sobre el tercer clasificado #3 Rebelión R-13 Gibson, mientras que Fernando Alonso, Sebastien Buemi y Kazuki Nakajima conseguían su tercera victoria consecutiva en el WEC. La sorpresa llegaba en las verificaciones técnicas posteriores a la carrera, los dos monoplazas japoneses no han pasado las pruebas de desgaste de la madera del fondo plano.
Los resultados de las pruebas mostraron una flexión de 9 milímetros, mayor de la permitida, en la parte delantera del monopolaza #8. En cambio, el monoplaza #7 no pasó las pruebas por una flexión de 8 milímetros. La FIA ha emitido el veredicto final en un comunicado. "Se determina que los dos Toyotas estaban en incumplimiento del Artículo 3.5.6.d del Reglamento Técnico LMP1-H de 2018 que regula la desviación del fondo plano. Toyota tiene la intención de apelar las decisiones y, por lo tanto, los resultados de la carrera siguen siendo provisionales".
Esta decisión conlleva a que la victoria pase a manos del monoplaza #3 Rebellion Racing R13 Gibson de los pilotos Gustavo Menezes, Thomas Laurent y Mathias Beche. La segunda plaza pasa a ser del #1 Rebellion pilotado por Neel Jani, Andre Lotterer y Bruno Senna.
En la categoría GTE también ha existido una variación final de los puestos de carrera tras la descalificación de Porsche. El monoplaza pilotado por Gianmaria Bruni y Richard Lietz ha sido excluido tras conseguir el segundo puesto en la carrera de Silverstone. La razón ha sido distinta a la descalificación de los Toyota, en este caso el monoplaza #92 contaba con una altura de conducción 2 milímetros inferior al mínimo permitido de 50 mm.