Nunca escondió su deseo de triunfar en una competición diferente. Formando parte del Toyota Gazoo Racing WRT, se encuentra en el lugar ideal para asaltar en un futuro no muy lejano una carrera tan mítica como las 24 Horas de Le Mans, uno de sus viejos anhelos. La marca nipona, plenamente implicada en el Mundial de Resistencia, le aporta las garantías suficientes de disponer de un prototipo a la altura de las circunstancias.
Pero antes de que se produzca ese movimiento a la máxima categoría, debe empezar por el escalafón inferior. Y así lo hará. Sébastien Ogier se alia con el Richard Mille Racing Team y disputará las siete rondas de la presente campaña encuadrado en la segunda división del certamen, la LMP2. Los lazos comerciales con la firma de relojería suiza han facilitado el acuerdo entre ambas partes. El francés, a la caza de nuevos objetivos.
La primera aparición oficial del vigente campeón del Mundial de Rallyes en circuitos tendrá lugar el fin de semana del 18 al 20 de marzo con motivo de las 1000 Millas de Sebring, uno de los eventos más carismáticos de la especialidad y que se recupera tras dos cancelaciones consecutivas. Su nuevo contrato le impedirá participar con el Toyota GR Yaris Rally1 en Grecia y Japón, rondas que coinciden con fechas del WEC.
"Hasta ahora he estado centrado en mi carrera en los rallyes, pero hace mucho tiempo que rondaba por mi mente el desafío de la resistencia. LMP2 es una categoría fantástica y es la mejor forma para mí de alcanzar el máximo nivel y conocer la disciplina. Por supuesto que soy un novato, pero quiero disfrutar de mí mismo al mismo tiempo que evalúo lo que es posible y veo hasta donde puedo llegar", declaró el piloto de Gap.