El Mundial de Turismos llega a un callejón sin salida

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El Mundial de Turismos ha acabado una temporada 2017 con éxitos para Volvo, pues su piloto Thed Björk ha logrado el campeonato, imponiéndose a los pilotos Honda. No obstante, esta temporada puede haber marcado el final de una era para el certamen, con los TC1 habiendo resultado un fracaso a nivel de espectáculo y unos coches que ni siquiera los equipos oficiales han visto atractivos.

Björk ha logrado el título después de que Tiago Monteiro, claro líder del campeonato hasta el verano, sufriera un accidente en unos test en el Circuit de Catalunya, quedándose varias carreras fuera de combate – Norbert Michelisz tomó su relevo, pero ha tenido varias carreras con menos fortuna que el sueco de Volvo. Honda, que hasta ese momento estaba un paso por delante de Volvo, recurrió primero a su ex piloto Gabriele Tarquini (con permiso de Hyundai, pues ahora Tarquini se dedica a desarrollar el i30 N TCR) y después a Esteban Guerrieri, dándole un volante oficial tras demostrar su velocidad con el Chevrolet Cruze de Campos Racing.

Pese a los esfuerzos de Michelisz, Guerrieri y Ryo Michigami, Björk ha logrado hacerse con el título, siendo el campeón en una temporada mucho más disputada que las tres anteriores, en las que dominó Citroën con José María ‘Pechito’ López. Volvo ha contado también con Nicky Catsburg, Néstor Girolami y, como piloto de pruebas y para la última carrera, al tetracampeón mundial Yvan Müller.

No obstante, ahora parece ser el final del camino para el WTCC: ninguno de los tres pilotos Honda tiene contrato para 2018 y en lo que a Volvo se refiere, Catsburg va a centrarse en el programa de GT de BMW. El campeón en la categoría de pilotos independientes y tercer clasificado en la general, Tom Chilton, ha asegurado que quiere correr a tiempo completo en el Británico de Turismos, donde tiene el apoyo de Vauxhall a través del equipo Power Maxed Racing.

Los TC1 no tienen ninguna salida aparente – aunque son buenos coches de carreras, son muy caros para equipos privados y no dan el espectáculo y la atracción a público que requieren las marcas – y la salida actual para el WTCC son nada menos que los coches TCR, los que han sido sus máximos rivales hasta el momento. Estos coches, algo menos extremos (350 caballos de potencia y 420 Nm de par motor) y centrados para carreras cliente, van a ser la solución para 2018, si bien la normativa aún no se ha publicado de manera oficial.

Puede parecer fácil escribir estas líneas desde la distancia, pero lo escribe alguien que ha estado presente en carreras del campeonato – y carreras buenas, cuando Citroën y Honda lo daban todo en las pistas, estando también Volvo y Lada. Año tras año el certamen ha ido perdiendo alicientes, además de ponerse muy cuesta arriba para pilotos que compiten en equipos privados – eso sí, hay que reconocer que el trabajo que han hecho Campos Racing con el Chevrolet Cruze y RC Motorsport con los Lada Vesta ex oficiales ha sido más que excelente, así como Sébastien Loeb Racing y Münnich Motorsport con sus respectivos Citroën C-Elysée.

En la actualidad ya son muchos los coches TCR disponibles en el mercado: SEAT, Peugeot, Volkswagen, Hyundai, Honda, Audi, Alfa Romeo, Ford, Kia, Opel y Subaru tienen cada uno sus modelos, con un coche mucho más asequible para equipos y pilotos privados. No solo eso, sino que también tienen campeonatos nacionales que desembocan en las TCR International Series, certamen que podría fusionarse con el WTCC para 2018.

Eso sí, en lo que a difusión se refiere, Eurosport Events tiene un gran número de herramientas, como demuestra tanto en el WTCC como en el Europeo de Rallyes que también gestiona – por lo que esto junto a una categoría de coches con carreras más competidas puede ser una fórmula exitosa. Eurosport ya demostró que su receta puede funcionar a principio de la década pasada, cuando era Campeonato Europeo y se utilizaban los coches Super 2000 y Supertouring, teniendo como marcas principales a Alfa Romeo y BMW.

En los próximos meses se sabrá el futuro del campeonato, pues al contrario que en otros certámenes con normativa FIA (como la Fórmula 1 o el Mundial de Rallyes) aún no están todos los cabos atados, algo que también ocurre con el Mundial de Resistencia. Con los TCR y el apoyo de marcas como constructores, puede darse un impulso importante a las carreras de turismos.