Nico Hülkenberg llegó en 2010 a Williams como uno de los talentos más fuertes surgidos de la GP2, habiendo dominado el año anterior como ningún otro, ni Nico Rosberg, ni tan siquiera Lewis Hamilton, había hecho antes. Con un equipo de zona media, logró una pole position y parecía que su primer podio sería cuestión de tiempo. Y...bueno, lo fue.
Su paso por Sauber, Force India/Racing Point, Renault o Aston Martin hacía parecer que ese podio nunca llegaría. No llegó en aquel agónico Brasil 2012 cuando lo tuvo en sus manos hasta aquel toque con Lewis Hamilton. No llegó en aquel Alemania 2019 en el caos de la lluvia en Hockenheim. Parecía que el último podio de Hülkenberg en competición sería su victoria en las 24 Horas de Le Mans de 2015 con el Porsche 919 junto a Earl Bamber y Nick Tandy. Y de eso ha pasado ya una década.
Pocos apostaban ya por ello, más con un Stake Kick Sauber que en la mayoría de las veces ha sido o el coche más lento o de los más lentos de la parrilla, batallando por salir de Q1 frente a los Alpine, Haas, RB o el segundo Red Bull que parece más coche de zona media que otra cosa. En el último año de transición antes de ser oficialmente Audi, la estructura por la que los de Ingolstadt sacrificaron todos sus otros programas de competición, incluyendo su exitoso programa en GT y lo que hubiera sido un programa en Hypercar en la actual gloria del Mundial de Resistencia.
Hemos visto brillar a Hülkenberg en ocasiones, sí, siendo la más reciente aquel quinto puesto en Barcelona superando - también - a Hamilton. Pero aún así, la idea de ver al alemán en el podio era más un meme del estercolero de X que otra cosa. Hasta que ha llegado este GP de Gran Bretaña. Una gestión perfecta de la situación y de las gomas, arriesgando en los primeros compases y no lanzándose a la piscina como han hecho otros equipos en el crossover de mojado a seco.
Porque parecía que Aston Martin acertó, pero sus neumáticos se desvanecieron al final, acabando Lance Stroll 7º y Fernando Alonso 9º. El caso de Ferrari con Charles Leclerc es mejor no comentarlo, como el de Haas o el de Red Bull. ¿Sauber? Por fin los de Hinwil pudieron ejecutar una estrategia bien hecha y Hülkenberg pudo aguantar detrás a Hamilton, aquel Hamilton que, si no hubiera recalado en Mercedes para 2013, ese asiento bendecido hubiera sido precisamente para el alemán.
Se acaba así una sequía de 239 carreras sin podio - Carlos Sainz, en comparación, tardó 101 carreras. 15 años en una trayectoria profesional poco convencional, 10 años después de Le Mans y casi 13 años después del último podio de Sauber: el de Kamui Kobayashi en el Gran Premio de Suzuka. Ese sería el único podio de Kobayashi en F1 (estando por tanto empatados) y además es también ganador en Le Mans ya que venció con Toyota en 2021. Un premio inesperado para uno de los pilotos más inusuales de la parrilla de la F1.
