Con el punto de partida en Catar, la temporada 2025 del FIA WEC también finalizará en Oriente Medio. Aunque ya no están en posición de luchar por el título de pilotos, el trío del 499P nº 50 de Ferrari-AF Corse afronta esta última cita con un objetivo claro: contribuir al título mundial para el Cavallino Rampante.
El Circuito Internacional de Baréin, con 5,412 km de longitud, es conocido por su superficie abrasiva, a menudo cubierta por una fina capa de arena. Sus largas rectas, fuertes frenadas y curvas de velocidad media ponen a prueba los neumáticos y exigen una gestión precisa del ritmo y la degradación. Además, las condiciones cambian notablemente: la carrera comienza con sol y termina de noche, lo que supone un desafío mecánico, estratégico y humano.
“Es un evento muy especial para todo el paddock”, explica Miguel Molina. “Es la última carrera del año y siempre es un poco emotiva porque es la última de una larga temporada. Además, el formato de 8 horas añade una dosis extra de complejidad, porque iniciamos la carrera de día y acabamos de noche, y hay que gestionar las bajadas de temperatura, que pueden afectar significativamente al coche. La clave es ser muy consistente y no cometer errores. En Baréin, cada detalle cuenta”.
Ferrari lidera el Mundial de Constructores con 39 puntos de ventaja, una posición favorable, aunque no definitiva. Con 66 puntos en juego en esta carrera, el equipo necesita un último empujón para asegurar el título.
Miguel Molina, Antonio Fuoco y Nicklas Nielsen han sido protagonistas constantes esta temporada, con victoria en Catar y podios en Spa-Francorchamps y Austin. Tras un resultado frustrante en Fuji, el objetivo es firmar un fin de semana sólido.
“Sabemos que esta carrera es importante”, señala Molina. “Nuestro objetivo es obvio: ayudar al equipo a obtener el título de Constructores. Es nuestro único objetivo. Haremos todo lo que podamos para lograrlo y acabar la temporada con buena nota, completando una carrera limpia, sin errores, y con un resultado sólido. Ya hemos estado en esta situación en varias ocasiones en los GT, así que nuestra motivación es enorme, porque todo el equipo ha trabajado increíblemente duro”.
Las sesiones libres permitirán evaluar los compuestos Michelin y ajustar el coche tanto al calor del día como a la noche más fresca. El formato de ocho horas también exigirá especial atención a la gestión del combustible y a la optimización de los stints.
“Baréin siempre es una carrera exigente para los pilotos, pero me gusta este circuito”, subraya Molina. “Tienes que encontrar el mejor compromiso a largo plazo, porque durante esas ocho horas, todo suma. Es el tipo de carrera donde la disciplina y el trabajo en equipo marca la diferencia. Así que va a ser un fin de semana interesante y emotivo. Creo que estamos listos para librar esta batalla antes de poner el foco en 2026”.
