Tras su meteórico paso por karting y fórmulas inferiores, Jenson Button llegó a la Fórmula 1 de la mano de Williams en 2000, el primer año de la alianza con BMW. Una carrera deportiva que tardó en florecer, pues tuvo que esperar hasta aquel caótico Hungría 2006 para su primera victoria previo paso por Benetton/Renault y BAR, después Honda. Una carrera que le haría campeón en aquella temporada mágica con Brawn en 2009.
Un cuarto de siglo después de su debut, y tras haber triunfado también en Japón (ya que fue campeón de Super GT en 2018 junto a Honda y el Team Kunimitsu), y varios años compitiendo en resistencia, Button ya ha colgado el casco. Las 8 Horas de Bahréin fueron su despedida, corriendo una vez más con los colores del Hertz Team Jota para Cadillac con su espectacular Cadillac V-Series.R y su imponente y atronador V8 5.5.
Para la ocasión, Button lucía un casco especial, negro y amarillo, en lugar del habitual suyo con los colores de Gran Bretaña. Y es que escogió un diseño similar al que utilizó en sus inicios en karting, cuando era un pequeño acompañado por su padre, quien pintó aquel casco negro y amarillo.
La carrera en sí no fue muy afortunada, con el BoP decantándose a favor de Toyota, Ferrari, Aston Martin y Peugeot - además, el Cadillac #12 funcionó mejor todo el fin de semana, quedándose el #38 más atrás aunque más competitivo que otros equipos. Aún así, una carrera en la que Button fue a disfrutar del momento, despidiéndose de las carreras para centrarse en su vida familiar.