Ferrari siempre tiene un plus especial en Monza que convierte sus éxitos allí en algo más que un simple logro deportivo. Va más allá de la mera victoria para quienes lo consiguen, en especial si el piloto al volante procede del país transalpino. Ese ha sido el caso en la clasificación de las 3 horas de Monza, la carrera que da inicio a la Endurance Cup de la Blancpain GT Series. A la cabeza de la amplia parrilla de 52 GT's que se dan cita hoy en el Autodromo, estará un Ferrari, el 488 #55, pilotado a la hora de la verdad por Alessandro Pier Guidi.
El piloto de Tortona, uno de los muchos fichajes que el Cavallino Rampante ha efecutado este año en su remodelación de su división deportiva de GT's, consiguió un 1:47.423 en los minutos finales de la tercera sesión de clasificación para hacerse con la pole position, superando por 62 milésimas el tiempo marcado por el austríaco Norbert Siedler al volante de su Lamborghini. Tras ambos coches, en tercera posición, saldrá otro Ferrari, el #72 que pilota el gerundense Miguel Molina, gracias al 1:47.510 que su compañero Davide Rigon obtuvo en la ronda final. En general, la clasificación dejó unos tiempos muy parejos, con los primeros 32 coches cubiertos por apenas un segundo de diferencia.
Como es lógico, no todo fueron sonrisas para los italianos en pista. Con anterioridad, la Q1 se vio afectada por una bandera roja, provocada por el Lamborghini #66 de Luca Filippi. El ex de IndyCar y GP2 se pasó de frenada en la primera curva, posiblemente por un fallo en los frenos, e impactó contra el Audi #2 que pilotaba en ese momento el también ex GP2 Nathanaël Berthon. El coche de Attempto Racing se llevó la peor parte, quedando en duda su participación en la carrera.
Lucas Ordóñez fue el más rápido en esta primera ronda con el Nissan GT-R #23. El piloto español marcó un tiempo de 1:48.658, bajando el tiempo del Jaguar #114 por más de una décima.
Sam Tordoff fue tercero con el McLaren #44 de Strakka Racing, mientras que Jimmy Eriksson acabó en cuarta posición con el Mercedes #84. El resto de coches de los pilotos españoles acabaron en quinta (Jaguar #14 de Albert Costa), séptima (Ferrari de Molina), undécima (Mercedes #88, con Dani Juncadella al volante) y trigésimo primera posición (Mercedes #16 de Miguel Toril).
En la Q2 los tiempos mejoraron, debido a la mayor ligereza de los coches por no poder repostar durante la clasificación. El mejor tiempo fue para Raffaele Giammaria, que fue el único en bajar a 1:47 en su Lamborghini Huracán #19. En segunda posición acabó Miguel Molina, que se quedó a 45 milésimas del piloto italiano. En general, Ferrari tuvo una buena sesión, con James Calado y Michele Rugolo en tercera y cuarta posición, todo lo contrario que Bentley, como bien pudo experimentar Andy Soucek (35º en la tabla de tiempos de la sesión). Costa rindió a buen nivel, marcando el sexto mejor crono, mientras que los compañeros de Juncadella y Ordóñez pusieron sus coches en la 16ª y 23ª posición, respectivamente, y Miguel Toril se ubicó en el puesto 40.
En la tanda final, los ganadores de la prueba Sprint de Misano, Maximilian Buhk y Frank Perera (acompañados en esta ocasión por Eriksson), sólo pudieron ser decimosextos, el tercer mejor Mercedes. El mejor coche de la marca de la estrella fue el #88 de Juncadella, quien consiguió el noveno mejor tiempo. Un poco más atrás, Maxime Soulet colocó el Bentley de Soucek en 13º lugar, aunque a una cierta distancia de la cuarta posición que Steven Kane registró con el #7. Menos fortuna corrieron el Jaguar de Costa, que saldrá 22º, el Nissan de Ordóñez, en 26ª posición, o el Mercedes de Toril, 30º en la general y noveno en la clase Pro Am. A partir de las 14:45, tres horas de carrera para enmendar los pecados cometidos en la sesión contra el crono, o refrendar lo demostrado.