El Gran Premio de Australia abre la temporada 2019 de Fórmula 1 en las calles del Albert Park, escenario de sobras conocido en el Gran Circo. A diferencia de la naturaleza “stop-and-go” de trazados urbanos como Montecarlo o Singapur, esta pista presume de un ritmo más fluido e incorpora algunas curvas rápidas. Pirelli ha nominado los compuestos C2, C3 y C4 como, por este orden, duro, medio y blando, identificados con los colores blanco, amarillo y rojo –el mismo código que se seguirá en todos los Grandes Premios.
Como todo trazado urbano, el asfalto se muestra “verde” y muy deslizante al inicio del fin de semana. Esta circunstancia, unida a los habituales baches en determinadas frenadas desencadena una notable falta de grip.
El trazado no cuenta con curvas muy largas, por lo que subir la temperatura de los neumáticos para llegar a la referencia adecuada no será una tarea sencilla.
En la edición de 2018 la elección estratégica mayoritaria –y de hecho la que se llevó la victoria– fue a una sola parada, y aunque todavía queda pendiente evaluar los índices de degradación en los ensayos del viernes, es bastante factible repetir este escenario en 2019.
Melbourne es un trazado con elevadas posibilidades de aparición del coche de seguridad, lo que sin duda podría afectar a la estrategia: he aquí uno de los motivos por los que la pole position no es tan determinante. No en vano, el detentor de la primera casilla de salida tan sólo ha ganado una vez en los últimos cinco años…
A ello se suma la cambiante meteorología del lugar, lo que hace de la de Melbourne una de las citas más impredecibles de la temporada. Por ahora, las primeras previsiones apuntan tiempo seco, aunque con los cielos cubiertos.
Una buena tracción es esencial para lograr tiempos veloces, a fin de lograr una rápida salida de curva que enlace con las muchas rectas cortas diseminadas por todo el trazado.
Mario Isola, responsable de F1 y Car Racing: “Nuestros C2, C3 y C4 –duro, medio y blando, respectivamente– son casi equivalentes a los compuestos designados en 2018, medio, blando y superblando. Esto debería permitir a los pilotos atacar del inicio al fin de cada stint. Tras dos productivas semanas de test en Barcelona, estamos muy satisfechos con el rendimiento de la gama de neumáticos de 2019, que vemos bien encaminada a los objetivos de rendimiento y durabilidad designados. Por descontado, quedan todavía en el aire algunos aspectos –como la degradación a lo largo del stint– que se revelarán tras los libres del viernes en Australia. Otra consideración importante será ver cómo se comportan los nuevos monoplazas en Melbourne a nivel aerodinámico, y si los cambios operados en el reglamento permiten más adelantamientos –un detalle difícil de prever durante los ensayos invernales".