Tras el buen final de temporada protagonizado el pasado año al manillar de la Ducati 2017, se esperaba que Jorge Lorenzo reemprendiera el curso 2018 desde esa posición y estuviera, desde las primeras carreras, luchando por las plazas preferentes.
Sin embargo, Lorenzo ha saldado sus dos primeros eventos de la temporada con una caída en Qatar y un 15º puesto en Argentina que hubiera podido ser mucho peor de no ser por la caída de Rossi y la sanción a Márquez al final.
Las sensaciones que transmite el piloto mallorquín no invitan a la confianza y el piloto cinco veces campeón del mundo tiene las conversaciones para renovar con Ducati en un horizonte cercano.
Austin no es, tampoco, una pista ‘amiga’ para Lorenzo, que no ha ganado nunca en este circuito, cuya especial fisonomía no se adapta al estilo de pilotaje del español.
“Llegamos a Texas para la tercera carrera de la temporada y será una nueva oportunidad para continuar mejorando el feeling con la moto”, explica Lorenzo en la previa del gran premio.
“Aunque el Circuito de Austin es una de las pistas donde nunca he obtenido la victoria y no es el que mejor se adapta a las características de la Ducati, este año tengo buenas sensaciones”, apunta el mallorquín.
Debemos seguir trabajando duro y mejorar nuestra velocidad. Austin es una pista especialmente complicada y todo puede pasar”, zanja el de Ducati.