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El consejo de administración del Circuito de Montmeló ha aprobado la modificación y reasfaltado del trazado de tal forma que así se asegura la celebración del Gran Premio de Catalunya de MotoGP. Las obras garantizan que la FIM mantenga la homologación imprescindible para realizar la carrera que, ojo, había llegado a estar en peligro.
En este sentido, las obras darán comienzo a principios de año y se alargarán durante un periodo aproximadamente de un mes. De esta forma, estarán centradas en el último sector de la pista, básicamente en el tramo en el que hace un año falleció Luis Salom, durante los entrenamientos de la prueba; se ganarán 20 metros de escapatoria a partir de la redistribución de dos gradas.
Asimismo, dos módulos de la tribuna C desaparecerán, mientras que la H se desplazará hacia abajo. No obstante, el trazado mantendrá la configuración que hasta ahora venía teniendo de la Fórmula 1 pero eso sí, la curva 12 pasará a ser la curva 13.
Llegados a este punto, el circuito tendrá 100 metros que los que tenía en 2015 después que de las obras se hayan realizado correctamente. Aunque eso sí, Montmeló deberá estar totalmente terminado a tiempo para que, de este modo, pueda albergar además los primeros entrenamientos de la F1 -26 de febrero a 1 de marzo- de cara a la temporada 2018.