Honda está buscando la manera de poder competir con el NSX a partir de 2020, cuando la nueva normativa Class One entre en efecto para el Super GT. Esta normativa prohíbe los coches con el motor central – como el NSX – dando prioridad a los coches con el motor en posición delantera, siendo una normativa que también utilizaría el DTM con Audi, BMW y Aston Martin.
En un principio se creía que Honda iba a trabajar en un NSX de motor delantero, pero el propio presidente de la rama deportiva de la marca, Masashi Yamamoto, ha descartado esos rumores. El NSX ha sido un motor central desde su llegada al mercado en 1989 y quieren mantenerlo de esta manera, negociando con GTA (organizadores del Super GT) para poder incorporarlo a la normativa.
“En estos momentos estamos negociando con GTA sobre como incorporar coches motor central en la normativa. Por ahora estamos planeando participar en 2020 con un coche de motor central. Será un desarrollo del coche actual de acuerdo con la normativa Class One”, declaró Yamamoto según el medio Motorsport.com.
El NSX fue el dominador de la temporada 2018 de Super GT, tanto que se decidió darle 10 kilogramos de penalización a todos los equipos Honda después de la primera mitad del año (al final del año se hicieron campeones con el ex campeón mundial de Fórmula 1 Jenson Button). Por razones de distribución de peso, los motores central cuentan con ventaja frente a los coches con motor delante, por ello es una arquitectura muy utilizada en coches superdeportivos.
En lo que respecta a sus rivales, Nissan y Toyota, el GT-R continuará siendo utilizada en la normativa Class One con las modificaciones pertinentes. Toyota, en cambio, decidirá cambiar el Lexus LC500 por el nuevo Toyota Supra – es decir, volverán a enfrentarse el Supra y el NSX como ocurrió hasta 2006, además del GT-R que es descendiendo directo del mítico Nissan Skyline GT-R que completa el trío de clásicos del campeonato en la era JGTC.