Fernando Alonso ha vuelto a la Fórmula 1 con la ilusión de un ‘rookie’, pero con la experiencia de lo que es, un gran campeón del mundo. El español ha conseguido meter al Alpine en la Q3 y ha acabado noveno en la sesión de clasificación del GP de Bahréin. Un coche al que se le presumían muchos problemas para poder entrar en el ‘top 10’ después de los malos resultados en los test de pretemporada y en las tres sesiones de entrenamientos libres.
Alonso reconocía ayer tras la segunda sesión del viernes, en la que fue decimoquinto, que aún “tenemos algo guardado en el bolsillo”. Y vaya si lo tenía. La nota negativa para Alpine la ha protagonizado su compañero de equipo, Esteban Ocon, que ha caído eliminado en la Q1 y no ha podido pasar del decimosexto lugar, aunque es cierto que puede haberse visto perjudicado por una bandera amarilla. El asturiano ha explicado, después de la clasificación, que se ha sorprendido del rendimiento del monoplaza. “Teníamos la impresión de que íbamos un poco más guardados que los rivales, pero no tanto”, ha comentado.
También ha bromeado con Carlos Sainz, admitiendo que se había sentido un poco “oxidado”, y ha reconocido las malas sensaciones previas al sábado. “El fin de semana ha sido difícil, tenia poca confianza en la parte trasera del coche”. El bicampeón del mundo ha explicado que mañana será una carrera de “primeras veces” y que necesitará concentrarse mucho, sobretodo en la salida. “Hace dos años y medio que no reacciono a un semáforo”.