De campeón a campeón. Sebastian Vettel no ha escatimado elogios hacia Max Verstappen tras la extraordinaria temporada del neerlandés en 2025. El alemán, cuatro veces campeón del mundo con Red Bull, ha puesto en valor no solo los resultados de Verstappen, sino una cualidad que considera aún más determinante: su capacidad para seguir evolucionando incluso cuando ya lo ha ganado todo.
La remontada de Verstappen este año ya forma parte del imaginario de la Fórmula 1. Con un monoplaza claramente inferior al McLaren, el tetracampeón llegó a estar a 104 puntos del liderato y acabó el campeonato en Abu Dabi a solo dos del título. Un ejercicio de regularidad, agresividad controlada y fortaleza mental que muy pocos pilotos han demostrado a lo largo de la historia.
Para Vettel, sin embargo, lo verdaderamente diferencial va más allá de esa gesta puntual. El alemán destaca que Verstappen no se ha acomodado pese a su palmarés. Sigue trabajando en la sombra, aprendiendo y afinando detalles, algo que —en su opinión— es lo que realmente debe preocupar a sus rivales a medio y largo plazo.
Otro aspecto clave es la gestión de la presión. Vettel subraya que Verstappen rara vez falla cuando el momento es crítico. No porque no sienta la tensión, sino porque sabe aislarla y centrarse en lo esencial. Esa claridad mental en situaciones límite es, para el expiloto alemán, una de las grandes armas del neerlandés.
Además, Vettel cree que el contexto actual juega a favor de Verstappen. Con cuatro títulos ya en su haber, compite liberado de la necesidad de demostrar nada. Una sensación que él mismo experimentó tras su primer campeonato y que permite rendir desde la calma. En ese escenario, concluye Vettel, Verstappen es aún más peligroso: si todo encaja, será imparable… y si no, seguirá siendo una amenaza constante.

