En esta clasificación del Gran Premio de la Emilia Romaña se ha dado una estadística nunca antes vista: nunca antes en un Gran Premio de Fórmula 1 celebrado en el circuito de Enzo e Dino Ferrari se había visto que los Ferrari salieran fuera del Top 10. Y así va a ser (salvo improbables sanciones de última hora) con Charles Leclerc saliendo 11º y Lewis Hamilton 12º.
Imola lleva en el calendario de manera intermitente desde 1980, la primera vez como Gran Premio de Italia y desde entonces hasta 2006 como Gran Premio de San Marino, antes de su recuperación en el caótico 2020. En todas estas ediciones había al menos un coche de la Scuderia Ferrari en las diez primeras posiciones, por supuesto con pole positions de Gilles Villeneuve, René Arnoux y Michael Schumacher.
De hecho, Villeneuve es el culpable de que esto no haya ocurrido antes: y es que, en 1980, el Ferrari 312T5 era fácilmente uno de los peores coches de la historia de la marca - aún así, el talentoso canadiense colocó su #27 en 8º posición en la parrilla.
¿Y en 1992, con el Ferrari F92A con el concepto de doble fondo que no funcionó? Fácil: eran el cuarto mejor coche y salía Jean Alesi 7º e Ivan Capelli 8º. La otra situación de Ferrari similar fue en 2020, pero Leclerc salvó (más o menos) los muebles clasificándose 7º.
Por eso sorprende precisamente, pues Ferrari llegaba a Imola con las expectativas de ser, al menos, el tercer mejor coche cerca de Mercedes y los intocables McLaren. Sin embargo, se han visto superados por Racing Bulls, Williams, el único Red Bull que funciona en manos de Max Verstappen y, sorprendentemente, unos Aston Martin que dan esperanzas a su público y al de Fernando Alonso, saliendo este 5º por delante de Carlos Sainz.