Isack Hadjar tuvo un domingo para olvidar ayer en el Albert Park. Su debut fue un auténtico desastre y el piloto no pudo contener sus emociones en la vuelta a su box tras bajarse del monoplaza. La tristeza del joven francés era tal, que durante todo el camino desde donde aparcó su RB en la curva 1 hasta el hospitality del equipo no pudo dejar de llorar.
Visiblemente afectado y con el casco puesto en todo momento, incluso llegó a recibir una pequeña charla fraternal de Anthony Hamilton, el padre de Lewis, que no pudo evitar ir a apoyar al chico tras el difícil momento que este estaba pasando.
Pero la Formula 1 es un deporte feroz, y los más veteranos como es el caso Helmut Marko, acostumbrados a muchas guerras y batallas, fueron y fue muy duro con el rookie. El consultor austríaco de Red Bull tachó la actuación de Hadjar como “Eso fue un hecho un poco embarazoso, dio un espectáculo lleno de lágrimas”.
Su momento de resarcirse será esta semana misma, donde en China tendrá la oportunidad que el error fue solo una cuestión de nervios y de condiciones difíciles y que está totalmente preparado para demostrar todo su talento en pista.