Adrian Newey no solo ha llegado a Aston Martin para diseñar coches campeones, sino también para inspirar a su gente. Andy Cowell ha revelado que cuando el diseñador aseguró hace unos meses que el simulador del equipo tenía “dos años de retraso” respecto a sus rivales, en realidad no lo decía en serio. Fue una estrategia para encender la ambición dentro de la fábrica.
“Después de que Adrian concediera aquella entrevista, se acercó a mí y me susurró: ‘Acabo de decirles que es un hándicap de dos años porque sé que eso empujará a la gente del equipo’. Luego nos reímos juntos”, contó Cowell en una entrevista a Motorsport. Lejos de ser un ataque interno, la frase buscaba provocar una reacción. Y funcionó.
Desde entonces, el departamento de simulación de Aston Martin se ha volcado en mejorar sus herramientas. “Están apretando para que el simulador sea más representativo, y también el entorno de la cabina. Se ha trabajado duro para mejorar ese aspecto y asegurarnos de que Adrian no se distraiga con ello”, añadió Cowell.
La filosofía de Newey ha calado rápidamente. Más allá de su talento técnico, su presencia ha supuesto una inyección de energía y compromiso. “Eso es lo que me encanta del espíritu de equipo. La gente que trabaja en el simulador se lo tomó mal, pero respondieron de la mejor forma posible: trabajando aún más duro”, subrayó el ingeniero británico.
Con Newey, Cowell y Enrico Cardile ya plenamente integrados, Aston Martin prepara el asalto al nuevo reglamento de 2026. “Enrico está uniendo a todos los departamentos para mejorar las herramientas y, en última instancia, el coche. Es una época de oportunidades y queremos aprovecharla”, concluyó Cowell.