La paciencia con Ferrari empieza a agotarse. Tras un nuevo fin de semana gris en Bakú, la prensa italiana ha cargado con dureza contra el equipo de Maranello. El GP de Azerbaiyán, escenario en el que históricamente Charles Leclerc ha brillado, volvió a dejar a la Scuderia fuera de la lucha por los puestos de privilegio. Ni el fichaje estelar de Lewis Hamilton ni las promesas de pretemporada han cambiado el panorama: “un equipo sin alma que debe redescubrir el orgullo que le falta”, titula Motorsport Italia, reflejando la frustración de los tifosi.
La crítica no se limita al rendimiento puro, sino también a la gestión de equipo. Ferrari solo pudo sumar seis puntos en una carrera donde Oscar Piastri, líder del Mundial, abandonó en la primera vuelta, una oportunidad perdida para recortar distancia. Red Bull, mientras tanto, sumó 33 puntos y ya amenaza el segundo puesto de los de Maranello. “Suena la alarma: si Antonelli y Tsunoda mantienen el nivel, la Scuderia vista en Bakú está destinada a convertirse en un camarón rojo”, alertan los medios transalpinos.
El episodio más sonado llegó en las últimas vueltas, cuando Leclerc debía recuperar la octava posición que cedió a Hamilton para que el británico intentara atacar a Lando Norris. Lewis no devolvió el lugar a tiempo, desobedeciendo las órdenes del muro, y los periodistas no han tenido piedad: “Lo peor es que en juego solo estaba el octavo puesto. Una guerra entre pobres”, escribió La Gazzetta dello Sport, en referencia a la pelea interna que apenas tenía relevancia deportiva.
La comparación con otros equipos tampoco favorece a Ferrari. Mientras McLaren permite a Norris y Piastri luchar con libertad por victorias, en Maranello ni siquiera logran imponer decisiones básicas a sus pilotos. Los analistas recuerdan episodios del pasado —como el choque entre Vettel y Leclerc en Brasil 2019 o la tensión de Monza 2018— para ilustrar una vieja debilidad: la incapacidad de gestionar duelos fratricidas sin poner en riesgo los objetivos colectivos.
Pese a todo, en Italia aún confían en que Hamilton no sea un “veterano acabado” y que el potencial de la Scuderia aparezca en 2026 con el nuevo reglamento. Sin embargo, el presente es desolador: Ferrari sigue lejos de Red Bull, superado por McLaren y amenazado por Mercedes, mientras sus pilotos pelean por migajas. La “guerra entre pobres” de Bakú es, para la prensa italiana, el reflejo de una temporada que ya definen como “una pesadilla” para el Cavallino Rampante.