El Gran Premio de Singapur ha dejado un terremoto interno en Ferrari. Charles Leclerc terminó en sexta posición, pero lo que más preocupa en Maranello no son los puntos, sino la frustración evidente de su piloto estrella. El monegasco sufrió problemas de frenos desde las primeras vueltas y acabó resignado a un ritmo que no le permitió luchar por posiciones más altas. “No tenemos coche para pelear con los de delante. McLaren, Red Bull y Mercedes están un paso por encima. A veces no somos más que pasajeros del coche”, lamentó tras la carrera.
Las declaraciones, recogidas por PlanetF1, evidencian el clima de tensión dentro del equipo italiano. Los medios locales hablan incluso de “crisis interna” tras una temporada en la que Ferrari ha dado un paso atrás. En 2024 llegaron a luchar por el Mundial de Constructores y lograron cinco victorias; este año, en cambio, apenas se mantienen como cuarto equipo de la parrilla. Desde el parón veraniego, Leclerc no ha vuelto a subir al podio.
El piloto monegasco, que siempre se ha mostrado fiel al equipo de su vida, reconoce que el curso 2025 está siendo el más duro de su carrera. “Cuando vienes de luchar por un Mundial y ves que no hay progreso, se hace difícil. Te quita energía, aunque no motivación”, explicó. En Ferrari preocupa que el desgaste emocional del #16 acabe derivando en una ruptura más profunda.
Internamente, los ingenieros apuntan a un cúmulo de problemas técnicos y de concepto que afectan al SF-25 desde el inicio del año. El coche sufre con la gestión térmica de los frenos y con la estabilidad en curvas lentas, dos factores clave en circuitos urbanos como Marina Bay. Leclerc, además, se mostró especialmente molesto al comprobar cómo Mercedes y Red Bull dieron un salto adelante justo después del verano.
Aunque su contrato se extiende hasta finales de 2026, en el paddock ya se rumorea que Leclerc estaría explorando opciones fuera de Ferrari para 2027. Su entorno más cercano, según la prensa italiana, considera que el proyecto actual no avanza al ritmo necesario para pelear por títulos.
De momento, el monegasco centra su esperanza en el gran cambio de normativa de 2026. “Será una oportunidad para empezar de cero y darle la vuelta a la situación”, afirmó. Pero la paciencia tiene un límite, y en Ferrari lo saben: si 2026 no supone un renacer, el “equipo de su vida” podría dejar de serlo para siempre.