Max Verstappen (Hasselt, 1997) no tiene medida. Sólo eclipsado por el curtido Esteban Ocon, el joven holandés está haciendo una temporada de debut en el FIA F3 de ensueño. Tras ganar numerosas competiciones internacionales en el karting y completar un 2013 casi perfecto, Jos decidió probar suerte con el bueno de Max en la más competitiva categoría de Fórmula 3 del planeta. Y la apuesta ha sido ganadora.
Max ha logrado un total de siete victorias, seis de ellas de manera consecutiva, dominando los fines de semana de Spa-Francorchamps y Norisring. El holandés se ha dejado ver en varios Grandes Premios por el paddock de Fórmula 1, acompañado de su padre -que debutó hace 20 años en Benetton-, en un intento de buscar apoyo de las escuderías para la próxima temporada.
Parece complicado que Max logre plantar cara en las cuatro carreras que restan de la temporada 2014 a un Esteban Ocon que tiene 116 puntos de ventaja. Casi nada. Así, el holandés deberá conformarse con una holgada segunda posición pero guerra dará, seguro. Mientras, en el paddock de la Fórmula 1 corren los rumores de que Mercedes-AMG podría darle su primera oportunidad a los mandos de un monoplaza de los grandes con el que compitieron en 2012.
Curiosamente, es Volkswagen quien le motoriza esta temporada en el FIA F3. Si bien es pronto para confirmarlo, parece claro que las visitas de los Verstappen no son meramente de aficionados. Con sus 16 años, tiene un mundo por recorrer pero podría -según ‘Autosprint’- dar el salto a la GP2 de manera inmediata para la temporada 2015. Red Bull y otras escuderías también han ofrecido sus servicios al padre y al hijo pero Jos parece decantarse por las flechas plateadas. Visto lo visto, parece una decisión acertada.