El piloto español Alex Márquez, del equipo Gresini Racing, llegó al Gran Premio de San Marino con una lesión en las cervicales que le dificultó considerablemente su rendimiento a lo largo del fin de semana. Tras su accidente en Aragón, en el que también estuvo involucrado Pecco Bagnaia, Márquez sufrió dolores persistentes que lo obligaron a recibir constantes tratamientos de fisioterapia. Aunque logró un meritorio sexto puesto en la carrera del domingo, el dolor físico fue evidente, tanto durante la competición como en el test oficial del lunes posterior al GP.
Márquez reconoció que, tras una caída en la sesión matinal del test, su plan inicial de completar 40 vueltas se vio afectado. A pesar de ello, el piloto logró rodar un total de 43 vueltas con el 12º mejor tiempo (1.31.455). Sin embargo, las molestias físicas en su cuello no le permitieron desarrollar su trabajo al máximo. “El fin de semana fue duro para mí físicamente. Me siento como un abuelo de 80 años", comentó el piloto, quien afronta ahora la semana previa al Gran Premio de Emilia Romagna con la esperanza de mejorar su condición física.
Durante el test, Márquez centró su trabajo en la puesta a punto de la moto, intentando gestionar mejor los compuestos de neumáticos, especialmente el medio y el duro, que le presentaron dificultades en carrera. Además, tuvo la oportunidad de probar el nuevo neumático delantero de Michelin, pero sus conclusiones fueron limitadas debido a su estado físico. Aunque tuvo una primera impresión no del todo positiva, Márquez destacó la necesidad de continuar probando este nuevo compuesto en mejores condiciones.
Por último, el piloto se refirió a las pruebas que Dorna está realizando con el sistema de mensajes de radio para los pilotos, señalando que su marca de cascos, Shoei, aún no permite la instalación de este sistema por motivos de seguridad.