Andrea Dovizioso rechazó en 2020 a la marca italiana porque consideraba a la RS - GP 2020, una moto poco competitiva, a la que le costaría luchar por las posiciones de puntos, y aun más intentar pelear el podio. 'Dovi' no falló en su predicción, ya que la Aprilia fue la última moto de la parrilla con gran diferencia. Los italianos obtuvieron tan solo 51 puntos en todo el mundial, a casi 100 puntos de Honda, pese al esfuerzo inhumano de Aleix Espargaró con grandes actuaciones.
Sin embargo todo cambió desde que se supo que Dovizioso se subiría a la Aprilia RS-GP para hacer tres días de test, del 12 al 14 de abril en el Circuito de Jerez - Angel Nieto. La notícia trajo consigo un alubión de partidarios y detractores. Una parte del mundo del motociclismo estaba emocionado e ilusionado con la posible vuelta del italiano a la categoría reina para la próxima temporada, o incluso se ha llegado a hablar de que podria entrar como wild car. Por otro lado hubo gente que no apoyó al ex de Ducati, cuestionando su repentino interés en Aprilia, meses después de haberlos rechazado para competir esta temporada.
La realidad es que Aprilia ha dado en estos test de pretemporada una buena imagen y una carta de presentación envidiable y que mejorará al rendimiento de la pasada temporada. Sin ir más lejos, Aleix Espargaró acabó en el top 6 todos los días de la pretemporada. Sin embargo el factor clave con el que Dovizioso se ha decantado por volver de la mano de Aprilia, es no tener compromiso de permanencia. El italiano cree que a sus 35 años no puede perder una temporada con una moto mediocre y el hecho de no tener permanencia le podría liberar si no obtiene el resultado previsto.