El fin de semana en Indonesia marcó un punto de inflexión para Marc Márquez en su lucha por el campeonato de MotoGP. Después de una Sprint aceptable el sábado, el domingo fue un golpe duro cuando su Ducati GP23 de Gresini sufrió una rotura de motor y comenzó a arder, obligándolo a abandonar la carrera. Este incidente lo dejó a 78 puntos del líder del campeonato, Jorge Martín, con solo 185 puntos en juego, alejándolo casi definitivamente de la lucha por el título.
“El título es game over para nosotros”, admitió Márquez, quien aunque había bromeado previamente sobre sus opciones, ahora acepta que la situación es insalvable. El piloto español destacó que su enfoque se centrará en mejorar en las clasificaciones, especialmente en la Q2, para optimizar sus posiciones de salida en las próximas carreras.
La rotura del motor de su Ducati, un componente que solo había disputado dos carreras, está siendo investigada por la fábrica, ya que este tipo de fallos son poco comunes. “Cuando se rompe un motor en cualquier fábrica, saltan las alarmas”, comentó Márquez, señalando que Ducati está intentando entender qué falló en esta ocasión.
El abandono de Márquez, sumado a la caída de Enea Bastianini en la misma carrera, ha simplificado la lucha por el campeonato. Para Márquez, ahora el Mundial es “cosa de dos”, refiriéndose a Martín y a Pecco Bagnaia, quienes se perfilan como los principales contendientes por la corona.
El ocho veces campeón del mundo también recordó con cariño su último podio con Honda, que logró en Motegi el pasado año. Ahora, su atención está en intentar mejorar su rendimiento con la Ducati GP23 y en cómo enfrentar las diferencias entre su moto y la GP24 que llevan los pilotos de fábrica.
Con la temporada acercándose a su tramo final, Márquez reconoce que aunque el campeonato está fuera de su alcance, el objetivo es seguir mejorando su rendimiento en cada carrera, y espera que las próximas citas le ofrezcan mejores resultados.