Rossi llega al Gran Premio de Holanda en una de los peores rachas de resultados de su carrera. El italiano acumula un año sin conocer la victoria (16 grandes premios) y desde entonces apenas suma seis podios -4 este 2018 y dos más el pasado curso-. Sin embargo, pese a estos números tan pobres para el de Tavullia, marcha segundo del campeonato a 27 puntos del líder, Márquez.
El bagaje de Rossi no es mucho mejor que el del resto de pilotos de Yamaha desde entonces. La marca de Iwata tampoco conoce la victoria en estos 12 meses, y a los seis podios del transalpino apenas se le suman cuatro más de Viñales y Zarco y uno de Folger como resultados más destacados. No obstante, el de Roses figura tercero del Mundial a 38 puntos y el galo cuarto a 42.
Pero si un circuito se presenta propicio para poder romper esta tendencia es Assen. Aquí Rossi ha ganado en 10 ocasiones -tres en los últimos cinco años-, mientras que Márquez tan solo se impuso en esta pista en MotoGP en 2014. Además, el #46 llega tras acabar en el podio en las tres últimas carreras, algo que no conseguía desde inicios de 2017.
A pesar de que las estadísticas puedan estar de su parte, Rossi advierte que la situación puede ser muy diferente este curso y que en el box oficial del Movistar Yamaha deberán trabar muy duro si quieren reverdecer laureles el próximo domingo.
"El año pasado gané en Assen, y eso me genera sentimientos contrastados", reconoce Rossi. "Por una parte significa que hace mucho tiempo desde que Yamaha y yo ganamos una carrera, así que hay que trabajar duro. Pero por otra estoy feliz porque Assen es una pista fantástica. Normalmente somos muy competitivos en TT Circuit, pero tenemos que comprobar cómo será la situación porque nunca se sabe qué condiciones podría haber", sentencia.