Hace justo 55 años, en el circuito neoyorquino de Watkins Glen, debutó en competición uno de los coches más únicos e inusuales que se han visto en competición. Un coche extraño en su forma y en su funcionamiento, aprovechando un concepto hasta entonces nada conocido. Hablamos del pionero Chaparral 2J.
Chaparral ya había innovado en los años 60, habiendo lanzado coches como el 2E que contribuyeron mucho a la incorporación de la aerodinámica en competición - antes de que fuera popular en la Fórmula 1 de 1968 en adelante. Ahora bien, con el 2J se pasó a un concepto completamente radical: el del efecto suelo potenciado por ventiladores, ocho años antes de que Brabham pusiera este mismo teorema en práctica en Fórmula 1.
El 2J utilizaba un motor Chevrolet V8 OHV de 7.6 litros de capacidad y que llegaba a dar entre 650 a 760 CV de potencia, según especificación. Ahora bien, el 2J tenía un segundo motor, no conectado a las ruedas - sino que se encargaba de potenciar dos ventiladores procedentes de un tanque M-109 Howitzer.
👀 A happy 55th birthday to the Chaparral 2J! 🥳 A boxy ground effect beast with three gears and two engines - one to power the car, and the other to power the fans from an M-109 Howitzer tank! 🪖
— Getty Images Motorsport (@MSI_Images) July 12, 2025
Its race debut, in the expert hands of Sir Jackie Stewart, was #OnThisDay at @WGI. pic.twitter.com/U6PxMwoufD
El motor Chevy estaba conectado a una caja de cambios de 3 velocidades, con el ventilador succionando el aire por debajo del coche, sellado gracias a los faldones laterales. Esto le daba al coche un aspecto completamente inusual, una especie de frigorífico con ruedas con esos dos ventiladores que le caracterizaban.
Nada menos que Jackie Stewart, en aquel momento vigente campeón mundial de Fórmula 1, fue el encargado de hacer debutar esta bestia. Un coche que de inmediato demostró ser rápido, pero por desgracia no corrió más allá de 1970 debido a las preocupaciones de los competidores por las piedras que pudieran escupir los ventiladores. Un caso similar al que ocurrió tras el GP de Suecia 1978 con los Brabham BT46B diseñado por Gordon Murray, si bien a este caso se añadió el hecho de que arrasaron frente al resto de la parrilla.