Vini, vidi, bopi, vinci. Esta vez le ha tocado a Ferrari ganar y vaya si lo ha hecho, con sus tres 499P copando las posiciones de podio en los 1.812 km de Catar. Miguel Molina, Antonio Fuoco y Nicklas Nielsen empiezan el año ganando por delante del Ferrari de AF Corse, siendo terceros el segundo coche oficial.
Ferrari se mantuvo férrea durante las 10 horas de carrera en Losail, controlando de principio a fin frente a los Toyota y BMW, sus rivales más cercanos. De hecho, los nipones parecían optar al podio, pero los 499P estuvieron implacables y también les adelantó el BMW #15 en la fase final.
8º fue el Cadillac #12 de Jota, protagonista en los primeros compases por golpear por detrás a su compañero de equipo, comprometiendo la carrera de ambos coches en unas circunstancias en las que perfectamente podrían haber peleado contra Ferrari. A partir de este incidente, pudieron rescatar unos puntos, superando tanto a los Peugeot como a los Porsche 963 (esta vez no tan beneficiados por el BoP como en 2024) y los Alpine.
Por otro lado, el debut del Aston Martin Valkyrie no fue el que se esperaba, con uno de los coches perdiendo una puerta y ambos teniendo varios problemas, aunque no estaban tan mal de ritmo puro. El #009, con Alex Riberas entre sus pilotos, fue último entre los Hypercar a 23 vueltas del coche ganador, mientras que el #007 abandonó con problemas de transmisión.
En lo que respecta a LMGT3, McLaren y Lexus partían como favoritas frente a Chevrolet, siendo estos con el #33 de TF Sport, pilotado por Dani Juncadella, Ben Keating y Jonny Edgar los que se llevarían la victoria. Sus compañeros de equipo, en el #81, abandonaron pronto por la rotura del eje de transmisión, pero el #33 logró batir al McLaren #59 por apenas medio segundo.
Por lo general, fue una carrera tranquila con pocas banderas amarillas, tan solo en momentos puntuales. Una carrera con la que Ferrari empieza el WEC de la mejor manera posible (en Hypercar, al menos) y tenemos una doble alegría para los españoles, algo que no se ve todos los días.