La espera ha sido larga, pero después de dos temporadas sin viajar a Singapur, la Fórmula 1 regresa a este escenario para disputar el decimosexto Gran Premio de la temporada. En la primera toma de contacto, la pista estaba bastante sucia, el agarre era mínimo y los tiempos de vuelta eran lentos en comparación a los de Libres 1 de 2019 (tres segundos). Además, los sustos eran habituales ya fuera en forma de pasadas de frenada o roces con los muros.
El primer momento de máxima tensión lo había protagonizado Carlos Sainz. A la salida de la curva 5, su monoplaza había sobrevirado brutalmente y estuvo a punto de colisionar contra el muro con la rueda trasera izquierda, pero solo quedó en un susto. Más tarde, Lance Stroll no había tenido la misma suerte que el español en esa zona, perdió el control trasero de su Aston Martin e impactó contra el muro, causando la primera bandera roja de la jornada.
Los problemas de fiabilidad también estuvieron a la orden del día. Al principio, Leclerc había informado de un problema con los frenos, lo que le dejó en boxes durante veinte minutos. Un fallo en la caja de cambios del Alpine de Alonso fue el motivo de que el bicampeón se perdiera más de la mitad de la sesión. Por último, el RB18 de Sergio Pérez falló y el mexicano no tuvo ninguna oportunidad de aprovechar los últimos minutos.
En términos de resultados, Lewis Hamilton ha terminado en lo más alto de la tabla, seguido de cerca por su antiguo rival, Max Verstappen. A continuación, Leclerc acabó tercero, mientras que Pérez fue cuarto, Russell quinto, Sainz sexto, Ocon séptimo, Stroll octavo, Gasly noveno y Alonso cerró el Top 10, eso sí no pudo marcar un tiempo competitivo con los blandos.