El pasado martes 26 de agosto Cadillac F1 anunciaba a sus dos pilotos para su entrada en la temporada 2026. Tal como los rumores apuntaban, serán Valtteri Bottas y Checo Pérez, dos veteranos que unen sus caminos para el que será el 11º equipo de la parrilla, algo que no ocurría desde la desaparición de Manor/Marussia, el útlimo del trío que se unió en 2010 junto con HRT y Caterham.
La apuesta es obvia: dos veteranos, uno presente en la parrilla desde 2013 y el otro desde 2011, que suman mucha experiencia en equipos ganadores. Bottas fue parte de Mercedes entre 2017 y 2022, siendo en la actualidad piloto reserva tras su stint en Sauber, mientras que Pérez, además de su aciago 2013 en McLaren, ha sido escudero de Max Verstappen en Red Bull en los años de máxima dominancia del neerlandés.
Aquí es donde se fragua la unión perfecta. Para Bottas y Pérez, un equipo nuevo con dos asientos implica poder volver cuando estaban prácticamente de salida. Bottas, sin asiento oficial, aprovechando su reciente tirón en redes sociales por su sentido del humor. Pérez, saliendo de Red Bull por la puerta de atrás tras medio 2023 malo y un 2024 terrorífico en un segundo Red Bull que cada vez se parecía más a un coche de zona media que el coche campeón mundial en manos de Verstappen.
Dos pilotos con experiencia en equipos campeones del mundo, Mercedes y Red Bull. Dos equipos con metodologías y estilos que han dominado la última década y que sirven para avanzar todo lo posible y lo más rápido posible el know-how de Cadillac y Andretti frente a los equipos establecidos. Y esto es un gran valor añadido, más allá de lo que puedan hacer en pista.
Pongamos por ejemplo a la propia Mercedes. Mercedes no sería - ni de lejos - lo que es hoy sin el trabajo que realizaron Ross Brawn y Michael Schumacher entre 2010 y 2012. Esos tres años fueron clave a la hora de cimentar las bases de un equipo ganador, incluso cuando aquellos coches no estaban a la altura ni del heptacampeón mundial ni de Nico Rosberg. Todo el éxito que vino después, con Lewis Hamilton y Toto Wolff de protagonistas (así como el ahora piloto principal del equipo, George Russell), no hubiera sido posible sin la labor de Schumacher y Brawn.
Frente a esto, además de dos pares de manos seguras que han funcionado bien en equipos de diferentes zonas de la parrilla... ¿qué mejores opciones había? Si, hay pilotos más 'emocionantes' o con más futuro a largo plazo, incluyendo al actual candidato al título de Fórmula 2 Leo Fornaroli, el ex campeón de la misma Felipe Drugovich o incluso talentos americanos como Colton Herta. Pero lo que traen en el día a día pilotos como Bottas o Pérez entre bambalinas es muy, muy difícil de igualar.